miércoles, 30 de diciembre de 2009

Deseo.

Buenas digestiones, gran sexo, palabras justas, silencios largos, carne jugosa, zapatos cómodos, libros memorables, llanto mínimo, amigos fieles y sobre todas las cosas, lo único que hace la diferencia: mucha suerte.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Teoría de la propiedad.

Cuando nacemos, todo es de otros. Cuando nos morimos, vuelve a ser de otros. Y la vida, que es el lapso que transcurre entre ambos momentos, tampoco la tenemos comprada. Lo único realmente nuestro, lo que nadie nos quita y nadie anhela robarnos, es el dolor.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Top five.

Antonio Carlos Jobim.
Jorge Luis Borges.
Carlos Monzón.
José de San Martín.
Alphonse Capone.

Los cinco hombres que más admiro.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Silent night.

Qué época de mierda la que se avecina. Lastre de tiempos pasados, en los que la gran mayoría de las familias permanecía unida. Celebraciones hipócritas, con gente que durante el 99% del año te chupa un huevo. Me recontracago en la navidad y en el año nuevo y en todo el sufrimiento logístico y espiritual que ocasionan. Toda la decoración navideña me resulta deprimente, la musiquita me produce espasmos, el frenesí de compras es vomitivo. Las amas de casa cornudas preparando vitél toné o alguna otra aberración culinaria. Los hombres resignados. Los nenes, pequeños monstruos enfermos de consumo, máquinas insaciables de pedir. Los padres separados que le echan en cara a los hijos si están con uno o el otro, los entuertos familiares que se disimulan en nombre del pan dulce y la sidra, el calor, la comida y los cohetes. El pino de navidad y la reputa madre que lo parió. Qué depresión. El mejor regalo para las fiestas sería una pastilla que te durmiera el 24 al mediodía y te despertara el 2 a la mañana.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Cómo lo arreglaría yo.

En Argentina hay pena de muerte. Instaurada por la delincuencia, que mata. Todos estamos condenados a muerte y el cumplimiento efectivo de la sentencia depende del orto que tengamos, del semáforo en que paremos, del cajero automático al que entremos. Nuestros verdugos no son aquellos finos malandras de antaño, expertos en abrir cajas fuertes y en escabullirse de la persecución policial, ni tampoco los célebres rochos de los ochenta y noventa, como la Garza Sosa o el Gordo Valor. No. Son los hijos de la democracia mal entendida, el fruto de tantos años de clientelismo, subsidios a la pobreza y planes sociales. Rebote indeseado de siestas marginales, desprolijidad demográfica, irresponsabilidad genital. Ya está, no se puede volver atrás y reeducar a quienes los engendraron. Pero sí se les puede marcar la cancha. Es muy tarde para intentar que entiendan la diferencia entre lo que está mal y lo que está bien. Su infancia sin leche y con pasta base les limó el cerebro. Te matan, te pegan un tiro. Se los digo a los que leen esto y creen que yo soy un monstruo, TE MATAN. La sociedad argentina está compuesta en su gran mayoría por gente que trabaja o intenta trabajar, que no roba, no mata y paga (como puede) sus impuestos. Gente que vota, gente que pierde sus ahorros en el corralito, gente que aguanta. Somos más los buenos, de eso no hay duda. Por eso creo que la solución es aplicar la pena de muerte a los delitos de secuestro, violación y homicidio. Porque al ser mayoría los buenos, todo se reduce a una regla de tres simple.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Los "no" para León.

No seas vigilante, los vigilantes son despreciables y cornudos.

No te mientas, mentile a tu esposa, a tus padres, a tu jefe, pero nunca a vos mismo.

No seas desleal, jamás se vuelve de una traición.

No te quedes callado, que te tachen de quilombero pero nunca de cagón.

No te aguantes la risa ni el llanto, nunca sos más sincero que en esos dos momentos.

No estés con gente que no te quiere, jamás cambian de parecer y la vida pasa muy rápido.

No te alejes de tus enemigos, tenelos siempre cerca y cuando parpadeen destrozalos.

No llegues tarde, es un hábito de gente mediocre e indolente.

No mires para atrás, por algo tenés los ojos en la cara y no en el culo.

No dejes nunca de aprender, pero dudá siempre de los que te enseñan.

No descuides a tus amigos, es lo único que no podés reemplazar.

No salgas de tu casa sin hacer la cama, nunca hay que acostarse en una cama deshecha.

No hagas muchas cosas a la vez, hace dos o tres pero hacelas bien.

No bosteces adelante de una chica, ni siquiera si duerme con vos.

No te arrepientas de nada que hagas con el corazón, aunque rompa el de alguien o provoque dolor.

No agaches nunca la cabeza, lo que realmente vale la pena está escrito en las estrellas.

lunes, 5 de octubre de 2009

La gran mentira.

Yo suscribo a rajatabla los dictámenes de la economía de mercado. Considero que la educación y la salud no deben ser gratuitas. Dudo de la eficacia del sistema de voto universal versus el voto calificado. No encuentro mérito en la pobreza. Reivindico la lucha antisubversiva. Es decir, soy lo que el común denominador culposo y cobarde de la clase media argentina adoradora del dólar y los shoppings de Miami denomina un "facho", un "liberal", un "oligarca" si se quiere. Pero me la banco. Pienso así y fundamento lo que creo. Vivo de manera consecuente con mi pensamiento.

Una noche de julio, en el año 2006, fui a cenar al restaurant La Brigada, en San Telmo. Una de las mejores y más caras parrillas de Buenos Aires. Cortes premium, vajilla impecable, mozos diligentes, bodega surtida. A metros de allí, bajo la fría lluvia porteña, familias enteras buscaban refugio en los zaguanes de las viejas edificaciones de la zona. Los postergados, los caídos del sistema, los desposeídos. Ese conjunto de personas a los que, de un modo asquerosamente demagógico la izquierda denomina "el pueblo" o "la gente", como si los que no hurgamos tachos de basura fuéramos incomprensibles criaturas del espacio exterior. En fin. En una mesa del restaurant, tomándose una botella de champagne francés Dom Perignon, estaba Mercedes Sosa. Gran abanderada del "pueblo", voz de los sin voz, heroína de los jóvenes idealistas. Canonizada por toda la patria hipócrita, deslenguada y pelotuda que aplaude todo lo que es "políticamente correcto", sin aplicar la más mínima dosis de sentido común.
Les repito por si no queda claro: VI A MERCEDES SOSA CENANDO CON DOM PERIGNON EN UNO DE LOS RESTAURANTES MAS CAROS DE LA ARGENTINA.

Esa es la izquierda latinoamericana.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Más verdades Juanísticas

1) La duda es no.

2) Arriesgarse a ganar es más seguro que firmar el empate.

3) Si te jode que la tostada caiga del lado de la manteca, alfombrar fue un error.

4) Los autos siempre complican la vida. El ideal es tener un chofer contratado que tenga su propio vehículo.

5) Las ensaladas deben condimentarse con oliva extra virgen, jugo de limón, sal y pimienta negra.

6) Es aconsejable que la ropa interior sea siempre de 100% algodón. Sobre todo la denominada "sexy".

7) Antes de la hora no es la hora. Y después de la hora, ya no es la hora.

8) Hacerse el simpático con la gorda para ganarnos a su amiga linda jamás funciona.

9) A veces hay que enojarse.

10) Tengo especial predilección por la gente que me hace reír. Mi hermana Maque, mi amigo Fede, por mencionar algunos.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Mis dos episodios con Tony.

En el año 2004 fui a un concierto de Tony Bennett en el Lincoln Center, en Manhattan. Tremendo show en el que Tony, acompañado por el Ralph Sharon Trio, hizo gala de su simpatía y de su gran talento. Hasta se animó a una versión a capella y sin micrófono de "Fly me to the moon". Una vez finalizado el show, en un estado de absoluta catatonia musical, fui a cenar a un mítico restaurant neoyorquino llamado "Patsy's", meca de los italoamericanos desde los años '40. En sus paredes cuelgan fotos de muchos de ellos, retratados mientras degustaban alguno de sus platos. El famoso beisbolista Joe Di Maggio, los grandes campeones Rocky Marciano y Jake LaMotta, obviamente Frank Sinatra y hasta algunos de los recordados padrinos de las cinco familias de la mafia de NY, como Carlo Gambino y Gaetano "Tommy" Lucchese. En fin. Allí estaba, pronto a entrarle a una mozzarella en carroza (como la que comen padre e hijo en "Ladri di biciclette") cuando veo que al restaurant entra nada menos ni nada más el mismísimo Tony con su hija Antonia, que había cantado un par de canciones en el recital. No había salido de mi sorpresa inicial, cuando veo que encaran para el sector donde estaba yo. Tony dio dos o tres pasos de su típico caminar ítalo-canchero, y me clavó la vista. Fue un segundo en el que sentí que me abrazaba con toda la cultura popular de occidente. No sé de dónde saqué un ápice de reacción y, sosteniéndole la mirada, levanté mi copa de Chianti. El bueno de Tony sonrió y me hizo un ademán con la cabeza.

Esa fue la noche en que brindé con Tony Bennett.

Un par de años más tarde acá en Miami conocí de manera casual a un barbero llamado Giuseppe. Digo de manera casual porque no llegué a él a través de su oficio, sino que fue mediante su hijo Franco, que era guía de pesca de un amigo. Una noche Franco nos invitó a cenar a la casa y ahí trabé amistad con Giuseppe. Al percibir que había encontrado en mí atentos oídos para sus historias, me contó sus peripecias juveniles en el suburbio neoyorquino de Astoria, donde, según él, era compañero de andanzas de un tal Antonio Domenico Benedetto. Sí, Tony.
No desmentí su historia porque sonaba tan perfecta y maravillosa que certificarla a través del insípido filtro de la verosimilitud hubiera sido de una mediocridad apabullante. Al poco tiempo comencé a ir a afeitarme a su barbería con cierta regularidad. Una mañana de sábado, Giuseppe me dice que Tony lo había llamado para su cumpleaños. No había alcanzado a esbozar una complaciente sonrisa piadosa y Giuseppe ya me había puesto su celular en la oreja. Escuche la inconfundible voz de su amigo saludándolo por su cumple número 83.

Esa fue la mañana en que hablé por teléfono con Tony Bennett.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Cómo tomar champagne.

1) En la escala de acidez, nunca bajen de extra brut. Para tomar demi sec mejor tomen un brachetto d'acqui o cualquier otro vino espumante.

2) Enfríenlo en balde con hielo y agua. Tengan en cuenta que lo que enfría la botella es el agua. Encima del balde pongan una servilleta de algodón y mójenla en el balde para que retenga el frío.

3) Copa flauta de cristal o copa de vino. O en vaso de trago largo con hielo, como supo enseñarnos el único gran chef argentino, Carlos Alberto "Gato" Dumas (nieto de Alberto Lagos).

4) En lo posible estén de trampa o con alguna chica que esté buenísima. Tengan algo sucio en mente. Celebren algo imperdonable. El champagne se toma con cara de hijo de puta.

5) No brinden. Brindar con champagne es una mersada navideña. Jamás le pregunten a la chica si quiere que le sirvan más. Obvio que quiere más. Todas las chicas lindas quieren más champagne.

6) Nada de tonterías pirotécnicas con el corcho. Cubran el pico con una servilleta al momento de descorchar. No hagan ninguna ceremonia ridícula al servir ni metan el pulgar en el culo de la botella. Sirvan mirando a su chica, sonrían, clávenle la mirada y pregúntenle "¿y entonces?"

7) Es muy acertado tener una botella preparada para tomar camino a otro lugar. Si están en un restaurant compren otra y pídanle al mozo que se las traiga al momento de retirarse. Dénle una propina para que les regale dos copas. Descorchen en el taxi. Obviamente todo esto con la chica, no van a tomar con el taxista.

8) Eviten cualquier comentario pseudo-erudito de conocedor de la bebida. Aburre. Las chicas lindas perdonan al hijo de puta, pero no al aburrido. El aburrimiento es como kryptonita para el champagne.

9) Como he señalado en las verdades Juanísticas, el champagne va bien con cualquier comida. Esto incluye, muy especialmente, el desayuno.

10) Recuerden que más allá de destilaciones, métodos de elaboración, añejamiento y precio, el champagne no es ni más ni menos que jugo de éxito. Merézcanlo. Es la única manera de disfrutarlo.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Cómo tomar whisky.

1) Tengan dos botellas. Un blend y un single malt. Preferentemente de al menos 12 años. Es estúpido buscar una razón válida para escoger un blend que no sea Johnnie Walker Black Label. El single malt puede ser Macallan o Glenlivet, que andan muy bien.

2) Compren vasos de whisky (se llaman "old fashioned") de cristal con base pesada de al menos dos centímetros de ancho. Lávenlos con agua tibia y jabón neutro. No usen esponja. Séquenlos con un trapo de 100% algodón o con rollo de papel. Guárdenlos siempre boca abajo sobre felpa o tela.

3) Hagan rocas de hielo llenando bolsitas Ziploc con agua mineral. No usen el hielo de la heladera hecho con agua de la canilla porque tiene mucho cloro. Al momento de servir, golpeen la roca sin sacarla de la bolsita. Pongan en el vaso un solo pedazo de hielo, de aproximadamente 3 cm x 3 cm.

4) Sirvan dos dedos de whisky directamente sobre la roca. Agreguen un chorrito de agua mineral a temperatura ambiente. Esto se llama "abrir" el whisky. No se sirvan de más. Dos dedos. Más es un desperdicio. Tomen eso y si quieren más vuelvan a servirse.

5) Por el amor de Dios y la Virgen NO REVUELVAN EL HIELO CON EL DEDO. Dejen el vaso quieto. Sólo muévanlo para tomar. Al mismo tiempo, sírvanse un vaso de agua mineral y tomen alternadamente el whisky y el agua.

6) No esperen mucho para tomarlo. Al irse derritiendo el hielo el whisky se convierte de a poco en otra cosa.

7) Hablen únicamente si es estrictamente necesario.

8) No fumen. Piensen en las cosas que no les salieron bien en su vida pero no intenten explicarse por qué. Sólo beban y agradezcan la experiencia que cada equivocación les fue dejando. Todos somos mejores a la salida de un error.

9) Tengan cerca alguno de estos elementos: cuero, madera, luz indirecta, el mar, pasto, la luna, ladrillos, su mejor amigo, su padre, su ahijado, su hermano o su padrino.

10) Nunca tomen uno solo. Pero jamás tomen más de dos. La medida exacta de tiempo, introspección, alcohol en sangre, examen de conciencia y estado de ánimo cabe exactamente en dos whiskies.

11) Escuchen música clásica, preferentemente del último período como Mozart o Beethoven. O bebop, concretamente John Coltrane, el Modern Jazz Quartet o Milt Jackson. Eviten la ópera, sobre todo a Wagner.

12) Cuando terminen laven todo, guarden la botella y los vasos. Y salgan a hacer más desastres con su vida. El whisky siempre estará esperándolos.

martes, 1 de septiembre de 2009

Las siete virtudes del Bushido.

-Rectitud (義 gi).

-Coraje (勇 yuu).

-Benevolencia (仁 jin).

-Respeto (礼 rei).

-Honestidad (誠 makoto o 信 shin).

-Honor (誉 yo).

-Lealtad (忠 chuu).


Humilde addenda de un amigo de todos ustedes:
-Bancarse dos bombas atómicas.
-No llorar.

jueves, 27 de agosto de 2009

Learning process.

I was a little kid and my home was full of books. And encouragement. I started to read. A lot. I became familiar with words. I understood how they could function together. I started to have feelings for those I read from. Love. Hate. Fear. Yeah, that. Fear. I realized how powerful they were. How they could change me, prove me wrong, make me think. I realized they had an effect on people. I wanted to be like them. I wanted to be mighty.

At the same time, my father took me to see fights every Saturday night. The majority of them were middleweight fights. Your next-door neighbor. Regular men. I remember their faces. I remember their breath. Their sweat and blood flying in the air. I remember the sound of fists against their ribs, their jaws, their noses, their stomachs and their heads. I learned about pain, failure and willpower. I learned that victory and defeat always happen at the same time.

One day, I found out I could write.

lunes, 24 de agosto de 2009

Inglorious Basterds: los fans de Quentin.

Ayer fui a ver Inglorious Basterds. Quiero aclarar que no soy gran admirador de Tarantino, pero reconozco que el tipo arrastra gente. Por alguna razón tiene fans. A los que les pedís que te expliquen qué es lo que les gusta del fulano y, con una sonrisita sobradora tipo "no entendiste nada", te dicen dos o tres pavadas como "es un zarpado", "me hace cagar de risa" o "te tiene que gustar para entenderlo". No soy quién para juzgar las dotes profesionales de Quentin, simplemente puedo decir que su estilo no es de mi agrado. Pero considero que tiene fans bastante pelotudos.

Mis directores preferidos son:

-Martin Scorsese.
-Vittorio De Sica.
-Elia Kazan.
-Akira Kurosawa.
-Francis Ford Coppola.

Si me preguntan por qué, puedo explicarlo perfectamente.


domingo, 16 de agosto de 2009

El amigo durmiente.

Aparentemente, hay mujeres capaces de compartir la cama con un amigo con el único objetivo de dormir. De camping, en algún viaje en grupo, en un fin de semana, en distintas circunstancias en las que la necesidad de pernoctar las encuentre lejos de casa y en compañía de algún hombre conocido pero (en teoría) no deseado. La semana pasada tuve esta conversación con algunas chicas conocidas. Todas jóvenes, bonitas y sexualmente activas. Algunas de ellas casadas, otras no. No solamente no les resulta raro o incómodo dormir con un amigo, sino que además lo han hecho varias veces, inclusive con hombres que son amigos de sus parejas. 
Claro, después caí en cuenta. Es el prototipo masculino que ellas conocen. La generación de hombres que hoy ronda entre los 25 y los 30, que puede definirse como simplemente lamentable. Dominados por las mujeres, poco ambiciosos, coleccionistas de zapatitos cool, preocupados por las ballenas, por parecerse a David Beckham y por no incomodar. Campeones de la sensibilidad responsable y el diálogo constructivo. Manga de putos. Eso es lo que son. Una manga de putos miedosos de que la amiguita con la que están alzados desde siempre les corte el rostro si le tiran un cogotazo. En todos los órdenes de la vida, lo que marca la diferencia entre los hombres y los muchachitos, es la capacidad para bancarse las consecuencias de sus actos. Un mariquita de estos no podría administrar ninguno de los posibles desenlaces: ni el rechazo que lo certificara como un desubicado ni la aceptación que lo forzara a portarse como un macho.

A ver nena, prestá atención. Esta es la realidad:

1) Si un hombre se acuesta con vos es porque le gustás y quiere tener sexo.

2) Si es amigo de tu novio o esposo y se acuesta con vos, es un traidor y una basura. Tanto él como vos se merecen el uno al otro. 

3) Si es casado o tiene novia, es completamente irrelevante: en ese momento quiere estar con vos y si se enamora va a dejar a su mujer.

4) Si vos sos casada o tenés novio y él no lo conoce, le importa un carajo.

5)  La verdad, verdad, verdad. A vos te ENCANTA. Y te acostás con él esperando que intente algo. Y si no intenta nada te sentís fea, gorda y fracasada. Pero te consuela saber que tenés un amigo. 

Un amigo durmiente.




jueves, 6 de agosto de 2009

Team Aniston.

Sería imposible aburrirse de vos. Te veo en entrevistas con los grandes del late night y les das mil vueltas. Sos graciosa, más graciosa que un hombre. A diferencia de otras mujeres, a las cuales es más fácil tipificarles la lindura, vos sos linda en jeans, en vestido largo o en bikini. Cómo te fuiste a casar con Brad Pitt es un misterio. A la legua se nota que es un muchacho carente, que a pesar de ser muy lindo no ha tenido demasiado rodaje femenino. Si no, no se explica que te haya cambiado por la trastornada de Angelina Jolie. No te dejó, se dejó a él. Se fue a vivir la vida de ella, a ser un adorno entre tanto nene tercermundista con peinado cool y ropa de diseñador. A ser el machito dócil de una mujer fuerte. Pero vos agarraste la canaleta, rubia. Quedaste como una tortuga boca arriba y entraste a coleccionar personas. ¿John Mayer? ¿Vince Vaughn? ¿Paul Sculfor? Con lo buena que estás, con lo talentosa que sos, con la plata que tenés. ¿Te parece que tenés que clavarte un muñeco al lado para no comer sola? Cuando te vi en el Mandarin Oriental con John Mayer me dio entre bronca y lástima. Tomabas tu agua Evian y hacías esfuerzos denodados para que el flaco te resultara interesante. Cuando se levantó para ir al baño te pusiste a mandar mensajes de texto, apoyaste la pera en una mano, después en la otra, te fijaste la hora. En el medio segundo en el que miraste para la barra y cruzaste tu mirada con la mía, me di cuenta de todo. Tu problema no es que no podés estar sola. Tu problema es que sabés que vas a sufrir toda la vida por un gil. Eso te revienta. Eso.

Jennifer, mirame de nuevo. No, en serio. Mirame de nuevo. Jennifer: dejate de joder. ¿Me oíste? Dejate de joder.


lunes, 3 de agosto de 2009

El huevo o la gallina o en su defecto un caldo de pollo.

¿Qué viene antes? ¿Una decisión o los argumentos para tomarla? Antes pensaba que mis decisiones se basaban en profundas e innegociables convicciones. Después crecí un poco y me di cuenta de que en realidad las decisiones se sostenían en las circunstancias que las rodeaban. Después crecí un poco más y entendí que es tan poco y tan irrelevante lo que uno decide, que defenderlo a pie firme y con gesto serio es entre tierno y pelotudo. Miro con cierto aire misericordioso a quienes piensan como pensaba yo.

Sí, me estoy poniendo viejo. No, no lo decidí yo.

lunes, 27 de julio de 2009

Breve historia de cómo huelo hoy.

En 1709, fue creada en la ciudad de Colonia, la Echt Kölnisch Wasser 4711. O sea, el agua de Colonia. Nombre que luego se convertiría en genérico para denominar a la mezcla de alcohol y aceites esenciales. La Echt Kölnisch Wasser 4711 existe aún en nuestros días, elaborada según la misma receta de hace exactamente 300 años. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Reichsflotte (armada alemana) repartía grandes cantidades de agua de Colonia entre las tripulaciones de sus submarinos, para paliar los efectos del hacinamiento y el encierro subacuático. Los soldados alemanes preferían reservarla para llevársela de regalo a sus madres, hermanas o novias. A este fenómeno se debe que hoy el agua de Colonia sea unisex.

En la época de la ley seca, lo que en Estados Unidos se denomina prohibition era, algunos productos medicinales eran bebidas alcohólicas disfrazadas. En 1929, la compañía americana de cosmética J.B. Williams introdujo en el mercado un enjuague bucal de alto contenido de alcohol llamado Aqua Velva. Luego de un par de amistosas sugerencias de la mafia, que veía peligrar su negocio de destilería clandestina, J.B. Williams decidió convertir el enjuague bucal en una loción para después de afeitar. Fue un éxito inmediato. Durante la Segunda Guerra Mundial, Aqua Velva fue la loción de dotación de las fuerzas armadas norteamericanas. Pero rara vez terminaba en las caras de los soldados. Invariablemente se la tomaban. Para evitarlo, Williams le agregó un saborizante amargo a la fórmula, que se mantiene hasta el día de hoy.

Otros días uso Gentleman de Givenchy.


viernes, 24 de julio de 2009

Hagan la prueba.

Una lista de cosas que definitivamente hacen mucho mejor mi vida:

El mar.
Aceite de oliva extra virgen.

No es poco.

lunes, 20 de julio de 2009

Siga el baile.

Que Diego es mejor que Pelé es una verdad incontrastable por la cual estoy dispuesto a dar hasta mi propia vida. En el resto, nos borran del mapa. Porque no son un país, no son una nación. Son un imperio. Hace algunos años visitaba con asiduidad a un amigo argentino que vivía en San Pablo. Cierta vez el portero del edificio, acostumbrado a verme tan seguido me dijo "¿por qué no se queda a vivir acá? en Brasil siempre hay lugar para uno más". Repito, frase de un portero: "en Brasil siempre hay lugar para uno más". Ese es el pensamiento de un tipo que sabe que pertenece a algo grandioso, incomparable, a algo que sin dudas es mucho más importante que él. En el mundo en crisis en el que vivimos hoy, Brasil sale a mostrar a los cuatro vientos una fortaleza inusitada. Su presidente asiste a la primera reunión de jefes de estado del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India, China), que es una de las alianzas estratégicas más atractivas en el escenario post-crisis. En julio, el propio Lula (de izquierda, recordemos) compró US$ 10.000 millones en bonos emitidos por el FMI. En Brasil se acaba de formar Brasil Foods, la compañía alimenticia más grande del mundo, resultante de la fusión de Sadía y Perdigao. También tienen la cervecera más grande, luego de que AmBev comprara (sí, COMPRARA) Anheuser Busch, empresa americana productora de la famosa Budweiser. En la cumbre del G20, en el mes de abril, el propio Obama dijo que Lula era "el político más popular de la tierra". Eso fue motivo de orgullo en Brasil, desde los más encumbrados empresarios hasta el último vendedor ambulante, se llenaron la boca con el comentario de Barack. ¿Por qué? Porque, al igual que el portero aquel, saben que son parte de un imperio. Algunos son pobres, otros son ricos, algunos negros, otros blancos. Pero son todos, todos, todos brasileros.

Será por eso que son mejores que nosotros.


domingo, 5 de julio de 2009

Humo.

El sábado a la mañana fui al sepelio de una chica amiga. La recuerdo vital, talentosa. Ha dejado como ofrenda dos espectaculares murales en las paredes de mi restaurant. Pude presenciar el momento exacto en que sus seres queridos perdieron para siempre el contacto físico con ella. Las últimas caricias al ataúd antes de ser deslizado por la cinta transportadora del crematorio. Al rato, la nada. El recuerdo intangible y eterno. En mi caso, los murales, un par de años de trabajo como mesera en Haiku, su simpatía y buena disposición. En el de otros, besos, distintos momentos de la vida compartidos, el sueño de sus padres de verla crecer. Todo terminó yéndose por una chimenea, subiendo hacia el frío cielo porteño de una mañana de julio. Me recordó que cada segundo de infelicidad que pasemos en este mundo, es sencillamente imperdonable. Que lo único que hace la diferencia, lo único que queda, es lo que marca el corazón. Cada vez que sienta que me olvido, voy a mirar los murales. Chau Mechi, gracias. 

martes, 23 de junio de 2009

Educación vital.

A veces me pongo a pensar en todos los caminos que se van abriendo a lo largo de la vida, como las bajadas de una autopista. Amistades, vocaciones, romances, mudanzas, frustraciones, éxitos, cambios, sorpresas, oportunidades. Y en los carteles simbólicos que nos van anticipando lo que vendrá, para que maniobremos en consecuencia. ¿Qué es lo que hace que obviemos estos posibles destinos? O por el contrario ¿qué es lo que nos convence en el momento de decidirnos por alguno de ellos? De vez en cuando y sin motivo aparente hago el ejercicio de desandar mentalmente mi vida. Vuelvo a ver los desvíos que no tomé, las salidas que pasé de largo. Y más allá de haber logrado (por suerte) una tregua inexpugnable conmigo mismo gracias a la cual no hay vencedores ni vencidos, ni autopase de facturas, ni lágrimas sobre la leche derramada, me pongo a pensar cuántas vidas hipotéticas tenemos. Cuántos destinos, cuántas personas, cuántos lugares. Claro, cuando ya te queda medio tanque, tenés dos opciones. Apretás los dedos, subís el volumen del estéreo y pisás el acelerador, o cerrás los ojos y pegás un volantazo.

De yapa, mis 5 albums preferidos para un viaje rutero y solitario:

1) Ballads (John Coltrane Quartet)

2) Let it bleed (The Rolling Stones)

3) The complete Gershwin songbook (Ella Fitzgerald)

4) Pleasant dreams (The Ramones)

5) Electric Ladyland (The Jimi Hendrix Experience)

miércoles, 17 de junio de 2009

Percepción.

En el edificio de oficinas donde trabajo, está la sede central de Merryl Lynch. Faro financiero de occidente, central neurálgica de movimientos económicos internacionales. Y cada mañana veo a sus funcionarios, listos para encarar otro día de avezadas maniobras tendientes a mantener a flote las ganancias de sus clientes. Con sus BlackBerry, sus autos alemanes, sus chistes lamentables. Pero sobre todas las cosas, vestidos de riguroso traje y corbata. Hago la salvedad de que vivo en Miami, ciudad en la cual el termómetro alcanza valores inusitados durante la mayor parte del año. Es entonces que entiendo el por qué de la enorme crisis que atraviesa la economía en todo el mundo: está en manos de gente que sistemáticamente ignora lo que sucede a su alrededor. Si no les funciona el termostato, es lógico que tampoco les funcione la calculadora.

viernes, 12 de junio de 2009

Término.

Cuando voy a un steakhouse (restaurant de carnes), me resulta interesante observar el punto de cocción en que la gente pide su carne. 

Cuando alguien pide well done (bien cocido), me provoca rechazo. Directamente. Es que al cocinarla hasta ese punto, la carne pierde todos sus jugos, adquiere un color grisáceo y además es despojada de su personalidad. Es lo mismo comer perro well done que vaca well done. ¿Cómo confiar en alguien que se expone a la posibilidad de que efectivamente un día alguien le sirva perro para comer y él lo pague como filet mignon? 

Medium well (término medio hacia bien cocido), es para matarlo. Se trata de alguien que obviamente preferiría pedir término medio pero le tiene miedo a la sangre, al juguito de la carne. Es una persona que sabe lo que quiere, pero no se lo permite. Un infeliz sin remedio. 

Medium (término medio), es nada más ni nada menos que eso. Un mediocre. Ni chicha ni limonada. Le gusta un poquito jugosa, pero no tanto. Jamás tomará una posición controvertida en su vida. Huye de cualquier conflicto. Un pobre pusilánime.

Medium rare (término medio hacia jugoso), si es joven le tengo fe. Demuestra curiosidad, valentía y ganas de mejorar. Nadie sube de rare a medium rare, con lo cual seguramente antes comía la carne más cocida y ahora está desarrollando el paladar. Probablemente sepa cocinar, le guste el jazz y sepa hacer tragos.

Rare (jugoso), es el tipo de persona que respeto y en la que puedo confiar. La carne en su máxima expresión, aún cerca de ser el animal que fue. El músculo todavía flexible, la mano del chef mucho más atenta, el hueso si lo hubiere, apenas tibio. Una persona sin miedo y que sabe disfrutar las cosas buenas de la vida. Que encuentra su felicidad en lo que casi todo el mundo, por alguna razón, siempre intenta esquivar. Alguien a quién sin duda podré llamar "amigo".

Para terminar con este tema.

Siempre se pregunta si existe la amistad entre el hombre y la mujer. ¿Por qué nadie pregunta, por ejemplo, si existen los árboles? Muy fácil: uno puede salir a la calle, ver unos cuántos árboles, tocarlos, olerlos, inclusive treparse a alguno. Lógico, todo aquello que existe es evidente. A los hombres, las mujeres nos gustan o no nos gustan. 

Punto.



viernes, 5 de junio de 2009

Evolución.

He visto a encumbrados ejecutivos de multinacionales. A multipremiados cirujanos. A gobernantes de fuste. A artistas de vanguardia. A avanzados estudiantes universitarios. A humildes trabajadores de limpieza. A repartidores de café. A desempleados en busca de empleo. A esposas de directores de empresas. A novias de directores de empresas. A amiguitas de directores de empresas. Y sí, también a directores de empresas. A carteros. A oficiales de policía (asco). A representantes del clero. Etc, etc, etc, presionar el botón de llamada del ascensor cuando ya tiene la luz encendida, señal inequívoca de que alguien ya lo llamó y que está en camino. Un acto que demuestra un grado de imbecilidad que da por tierra con cualquier teoría que intente demostrar que el hombre es el mono evolucionado. Los grandes temas de la humanidad, las más triviales decisiones cotidianas, nuestra vida al fin y al cabo, está en manos de personas que no podrían superar un elemental examen de aptitud psicomotriz e inteligencia: SI EL BOTÓN ESTÁ ILUMINADO ES QUE ALGUIEN YA LLAMÓ AL ASCENSOR. 

No sé a ustedes, pero a mí me aterra.

jueves, 28 de mayo de 2009

Ideas.

Ricky Gervais es un genial comediante inglés. Creador de la serie "The Office", que luego de emitirse por la BBC fue "adaptada" para el mercado norteamericano y reversionada para tal fin. Steve Carell, fiel exponente de la mediocre camada de comediantes americanos de los últimos años, logró un moderado reconocimiento luego de protagonizarla. Eso lo llevó a ser la estrella de infames bodrios como "The 40 year old virgin" o "Get Smart". Ricky Gervais es el que tuvo la idea, pero Carell fue el que se benefició por los resultados. Este tipo de situación sucede muy a menudo. El gusto del público norteamericano, el mismo que rechaza a Woody Allen, ha descendido en picada. Facilitando el éxito del Denominador Común Más Bajo. Todo se ha abaratado de un modo casi indignante. La música, la literatura, el cine. Las ideas son sometidas a una trepanación simbólica mediante la cual son desprovistas de cualquier atisbo de originalidad, de controversia, de revolución. Queda el consuelo inalterable de saber que los Gervais de este mundo siempre seguirán teniendo ideas. Y los Carell seguirán siendo indefectiblemente desenmascarados. 

Vida de perros.

Ensucian todo, obviamente se mean y se cagan a gusto. Frecuentemente muerden, o atacan a sus dueños. Ladran. Generalmente sin motivo y sin parar. Casi siempre de noche. Hay que darles de comer a determinadas horas, alimentos específicos y muy caros que vienen en inmensas bolsas que ocupan mucho lugar. Imposible ir de vacaciones sin ensartárselos a algún amigo o gastar dinero en una guardería. Tienen pulgas y garrapatas que esparcen por sillones y colchones. Generan una alteración mental en sus dueños que hace que los denominen "hijos". 

Intento abrir la mente y entender cuál es la gracia de tener perro. No lo logro. 

martes, 12 de mayo de 2009

Está en vos o no está.

El gol de Diego a los ingleses no nació en México en 1986. Nació en Fiorito, en 1960. Las grandes composiciones de los hermanos Gerswhin no se forjaron en los estudios de grabación. Las trajeron puestas del más allá cuando llegaron al mundo en un humilde hogar judío de New York. Nobu Matsuhisa no aprendió a hacer sushi. Nació con el yellowtail con jalapeño alojado en sus neuronas. Cada vez estoy más convencido de que no existe talento más imprescindible que aquel que nos permite sacar lo que tenemos dentro. Que lo que hace la diferencia entre un logro y un sueño, es la capacidad de reconocer nuestras mejores armas y de esgrimirlas a tiempo. En "Goodfellas", se repite hasta el cansancio una frase que dice "no hay nada más triste que el talento desperdiciado". Si Diego no hubiera metido el gol, nadie lo hubiera metido. Si George Gershwin no hubiera compuesto "Rhapsody in blue", hoy no existiría. Si Nobu no hubiera creado sus geniales recetas de sushi, tampoco. Adentro tuyo hay un golazo, hay un éxito, hay un romance, hay un número premiado. 

¿Vos ya lo detectaste?

lunes, 20 de abril de 2009

Argentough.

Nací en 1972. Padecí, junto a todos los argentinos, renuncias de presidentes, guerra, devaluaciones, atentados terroristas, golpes de estado, bombas a embajadas, saqueos a supermercados, delincuencia incurable, policía corrupta, desempleo y corralito. Se me hace difícil estar en un país no acostumbrado a las crisis sin poder fingir un perpetuo ataque de pánico. Creen que soy un irresponsable y un inconciente que no entiende la magnitud de esta enorme tragedia financiera global. Creen que soy un argentino canchero y agrandado que sobra la situación y que no manifiesta mucha preocupación por el actual estado de las cosas. Ya intenté explicarles que no es eso, sino una familiaridad con las crisis, que me impide calificar esta coyuntura como algo más grave que un simple desacople en el sistema crediticio. No tengo la culpa de tener curtido el lomo. Mucho menos, de no tener miedo. 

Me tienen las pelotas llenas. 

jueves, 9 de abril de 2009

Elevator.

Música de ascensor. Inocua y desapasionada. No tiene el efecto abrojo que ostentan otros géneros, que hace que cualquier persona o vivencia que transcurre al compás de una canción quede indefectiblemente adherida a ella por siempre, condenándonos a un chicloso, involuntario y perpetuo ejercicio evocatorio. No tiene letra, que es algo que siempre nos cae distinto según sea nuestra circunstancia. Música de ascensor se suele aplicar de manera despectiva, "este tipo es más aburrido, parece música de ascensor". ¿Acaso se aplica la misma regla músico-antropológica para otros estilos? No. Nadie dice "este tipo es un borracho cornudo y edípico, parece un tango", o "esta gorda pintarrajeada tiene problemas cardíacos y lleva una pistola en la cintura, parece un bolero", o "este negro es heroinómano y bisexual, parece un bebop" o "mirá este travesti con tatuajes de anclas y aliento a aguardiente de caña, parece un samba". 
Música de ascensor es un loop indefinido que no altera ni se entromete en ninguna acción circundante. Como un discreto barman que sirve tragos sin preguntar, un referee que deja jugar. O el mar, que hace siempre lo mismo y nunca aburre. 

jueves, 2 de abril de 2009

La leyenda del macho argento.

Marcia y otras amigas compatriotas reaccionaron airadas ante el post "La fábula de la mujer argentina", en un alarde de otra de sus características atávicas: la impaciencia. Queridas chicas, este post es para ustedes.

La leyenda del macho argentino, que tuvo su pináculo en los años 70, cuando Carlos Monzón y Guillermo Vilas conquistaron París y Mónaco respectivamente, ha concluido. Los hombres argentinos de hoy han logrado desligarse de su herencia hormonal y nacional. Jamás podrían putear como Federico Luppi, cantar como Julio Sosa o morir como Ringo. Nunca osarían tener dos casas como casi todos nuestros abuelos. No están calientes con una mina, les "pasan cosas". No hablan con el barman que les sirve whisky (si es que toman). Van al psicólogo a "resolver" temas. No embarazan a sus mujeres. Suelen proclamar a los cuatro vientos cuando esperan un hijo que "estamos embarazados", en un alarde de frustrada maternidad. Dan explicaciones por todo. Por la plata, por el olor de su ropa y por su paradero. No tienen relación con los juegos de azar, a no ser que sea porque es "divertido" jugar al Loto. No saben las letras de los tangos, su única relación con esta música depende de que sus mujeres decidan inscribirse en una escuela de baile. No son capaces de juzgar categóricamente nada. Una película insufrible es "interesante", una comida mala es "novedosa" y un imbécil es una persona "especial". Toman agua mineral en botellita chiquita sosteniendo la tapita con la otra mano. Desdeñan las fragancias históricamente varoniles en favor de frutales y ambiguos aquelarres olfativos. Jamás pagarían por sexo, mucho menos tendrían amantes porque no se quieren "confundir". Cultivan la amistad con la mujer, hacen yoga y duermen la siesta. 

Esto sucedió hace 30 años en una parrilla de Mar del Plata ya desaparecida llamada "Mustang". Yo tendría 7 años. Caminando por el estacionamiento con mi viejo hacia el restaurant, vi bajar del asiento del acompañante de un auto deportivo a una rubia infernal, y del asiento del conductor a un tipo feísimo y con la cara lastimada, vistiendo un traje gris clarito, con una camisa abierta casi hasta el ombligo. Recuerdo que saludó a mi papá, recuerdo que se reía fuerte, recuerdo que le dio una palmadita en el culo a la rubia, recuerdo que tenía un anillo dorado en el meñique y también que, cuando mi papá le dijo "este es mi hijo Juan", amagó tirarme un piñazo y me sacó la lengua. A mi corta edad, eso fue una avalancha de sexo, sangre, violencia y testosterona. Era Víctor Emilio Galíndez, campeón mundial de boxeo, que acababa de recuperar la corona ante Mike Rossman. Yo crecí con ejemplos como este, entiendo que eso es un "nene" y que las que se peinan mucho y se maquillan y lloran son las "nenas". Tal vez para los parámetros actuales mi pensamiento se asemeje al de un Neanderthal. Eso sí, varoncito. 

Muchachos, déjense de hinchar las pelotas. Devuélvanle la crema de párpados a su novia. Menos Clinique y más Cynar. Si no, no tenemos derecho al pataleo.

sábado, 28 de marzo de 2009

La fábula de la mujer argentina.

Se oye en reuniones, frecuentemente en presencia de extranjeros, en enumeraciones que incluyen el bife de chorizo, el glaciar Perito Moreno y el dulce de leche: la mujer argentina es la más linda del mundo. Viviendo en el extranjero uno aprende a relativizar las verdades de arrebato, los dogmas del corazón. Algunas, argumentando con la fría equidad de la razón, pueden sostenerse: la carne, algunos vinos. Acaso algún escritor. Pero la mujer argentina está lejos de ser la más linda del mundo. Inexplicable necesidad de ocultar su femineidad en aras de una discutible fortaleza. Absurda obsesión por afearse, con prendas supuestamente "cool" que se asemejan a la ropa desangelada que usan las internas de un patronato. Rictus agrio, cigarrillo sempiterno, patoterismo de género. Las veo siempre que regreso a Buenos Aires, cada vez más descreídas. Cada vez más tristes. 

Ay chicas. 

miércoles, 25 de marzo de 2009

Gardel, un sastre y yo.

En algún momento de mi vida me vistió un sastre que pudo apreciar en persona la inigualable pinta del Morocho del Abasto. Don Álvarez se llamaba, todo en él era raro. Gordo, como de 80 años, desgreñado, solitario y apocalíptico. Atendía en su casa, la planta baja de un edificio de 3 pisos, a través de una ventana enrejada con la persiana apenas abierta. De encendidas ideas comunistas, solía revisitar con el adorno inexorable del recuerdo, algunos pasajes de su juventud. Siempre tuve facilidad para hablar con los viejos, me gusta ayudarlos a drenar su corazón de epopeyas que no fueron, amores que mancaron y goles anulados injustamente. Esta habilidad se basa en pisar con cierta inesperada autoridad en el territorio del otro, en el caso de Don Álvarez fue preguntarle, al oir que sonaba en su radio, si prefería a Gardel con acompañamiento de guitarras o de orquesta. 

"Yo conocí a Gardel en Olavarría. Fue cuando lo apoyaba a Yrigoyen, sería el ´27. Yo tenía 8 años. Había un cantor de tangos muy famoso en Olavarría, que era el novio de un caudillo radical, se veían en una casa de citas. El caudillo tenía un trato con la madama, le dejaba libre la zona a cambio de que ella lo dejara verse con su novio cantor. Se daban cada biaba con champagne. Además en esa época la cocaína se compraba en la farmacia nene, le decían ¨cocó¨. Yo sabía todo lo que pasaba en la casa de citas porque lustraba zapatos en la plaza y veía todos los movimientos. Cada vez que Gardel venía a Olavarría lo esperaba el caudillo este con su cantorcito protegido. Yo creo que Gardel era homosexual querido, qué querés que te diga. Pero bueno, una vez llegó de gira a cantar en un teatro y yo me puse con el cajón de lustrar en la puerta. Cuando termina la función, sale Gardel y me dice ¨nene, llevame a lo de la madama.¨ Yo no entendía nada. ¨Vamos muchachos¨ dijo y lo siguieron Barbieri, Pettorossi, Vivas y Riverol: sus cuatro guitarristas. Cuando llegamos, Gardel me dijo ¨nene, tomá, te pago 10 lustradas. Necesito que vayás a la estación y me avisés cuando esté por salir el tren.¨ ¿Sabés lo que había pasado? El caudillo y el cantorcito se habían pasado de rosca y no llegaron al concierto, pero Gardel, como fiel amigo, fue a cantarles igual. Cuando ví que estaba por salir el tren, volví a la casa de la madama a avisar. Pero solamente salieron los guitarristas. Gardel ya se había ido. Pero te digo algo querido, esa noche que lo vi, con esa elegancia y ese porte, decidí que de grande iba a ser sastre."

Y puto.

sábado, 21 de marzo de 2009

El gerundio de los corazones tristes.

"Estoy volando esta noche", "estamos llegando el domingo", "tengo lugar en el vuelo 1834 que está saliendo a las 5.45, aterrizando a las 8.20", "compramos un paquete buenísimo, hacemos (?) Roma, París y Londres, pero llegando a Madrid." 

Hay un absurdo mecanismo, algo arrogante y pueril acaso, que nos convierte en permamentes vividores de un viaje. No pasa con ninguna otra faceta de la vida. Nadie dice, "mañana me estoy levantando a las 8, cagando 8.15 y trabajando a las 9" o "te estoy queriendo la semana que viene" o "me estoy alegrando el martes." Tal vez sea porque uno siempre quiere viajar, porque los preparativos o la ansiedad forman parte del viaje. O tal vez sea porque vivimos vidas muy tristes y rutinarias. Tal vez sea porque casi siempre hacemos lo que podemos y no lo que queremos, entonces al primer atisbo de quiebre, a la primer gambeta que le hacemos a la huella, nos tiramos de cabeza a intentar eternizar en un presente perfecto y perpetuo el pedacito de libertad, de hoja en blanco y de atmósfera neutra que nos promete un viaje. 

Yo no estoy escribiendo esto. Ya lo escribí.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Brillo.

Duke Ellington es el músico más importante e influyente en la historia del jazz. En su orquesta tenía a Cootie Williams, Sam Nanton, Juan Tizol y Billy Strayhorn, columna vertebral de su demoledor e inconfundible sonido. 

Martin Scorsese es el mejor director de cine del mundo. En su equipo tiene a Thelma Schoonmaker, que editó casi todas sus películas. Y a Paul Schrader, que escribió los guiones de, entre otras, "Taxi Driver" y "Raging Bull". 

Ronald Reagan reactivó la economía norteamericana en los años 80 a través de una política económica conocida como "Reaganomics", que fue en gran medida diseñada por su Secretario del Tesoro, Donald Thomas Regan.

Paul Bocuse es el chef más respetado de Francia en los últimos 50 años. Es el padre de la nouvelle cuisine, la tendencia que revitalizó y modernizó la cocina francesa. En su bistró de Lyon están con él, desde siempre, su sous chef Christophe Muller y su fiel maitre d'hotel, Francois Pipala.

El secreto para ser el mejor: rodearse de gente talentosa y pararse siempre donde da la luz. 

martes, 17 de marzo de 2009

La teoría del champagne.

Todos vivimos una copa de champagne por debajo de nuestro calibre ideal. 

viernes, 13 de marzo de 2009

Lealtad.

Diego no admite medias tintas. Como cuando jugaba y se paseaba por la concentración con la 10 puesta en todo momento, como cuando dejaba pedazos de vida en los mundiales, como cuando llevaba la cinta de capitán y le inflaba el pecho de coraje a sus compañeros con su sola presencia. No es raro que se encuentre con dificultades con jugadores, dirigentes y periodistas. No es raro que haya hinchas que cuestionen su andar. Es más fácil ser gris, porque siendo gris podés ser un poquito blanco sin traicionar al negro y un poquito negro sin traicionar al blanco. En un mundo cada vez más metrosexual y pasatista, cada vez más ambiguo, en un mundo donde el pan a veces es vino y el vino a veces es pan, Diego exige la más básica y fundamental virtud humana, la que realmente nos distingue de los animales (especialmente de las víboras): la lealtad. No se negocia, no es más o menos, no es con remilgos. Sos leal o no. Hay quienes lo acusan de desequilibrado, de inmaduro, de bruto. Son los que nunca le dan un piñazo a la mesa, los que nunca se plantan en una verdad, los que nunca arriesgan. Los que únicamente pueden ser leales a su condición de pusilánimes. Y los que, además, siempre pierden los mundiales. 

Juan100x100, 100% leal al Diez. 


lunes, 9 de marzo de 2009

Tránsito.

Vivo afuera hace algunos años. Solté una vida y agarré otra un poco por curiosidad, otro poco por aburrimiento. No sé, no importa. Lo que no sabía en el momento en que decidí irme, es que empezaba un camino que nunca termina. Inauguraba una patria neutra de bolsos de mano y despedidas y abrazos que nunca alcanzan. Una patria que tiene por bandera un formulario de inmigración, por escudo una tarjeta de embarque y por fiesta el día en que viajás. Algo te mueve, algo te hace sentir que tenés que seguir marchando, buscando tu destino donde no te marca el pasaporte, aprendiendo sin querer, viendo a tu propia casa como algo que siempre va a ser tuyo, pero que ya no te pertenece. Siempre estás en tránsito, sin ida ni vuelta, sin llegada ni partida, simplemente en tránsito. Más sabio, más malo, más silencioso, más duro. 

No es bueno ni malo ser inmigrante. Es inexplicable. 

viernes, 6 de marzo de 2009

Más, me das cada día más.

Desde los pre-delincuentes que limpian parabrisas en las avenidas de Latinoamérica hasta los camareros de restaurants importantes que te ofrecen pan con semillas de arándano salteadas en oliva extra virgen. Gente que llega diez minutos temprano a una cita. Gente que cuando la invitás a comer a tu casa te trae un vino sin consultarte. Gente que te pone desodorante con aroma de papaya madura en el auto después de lavártelo. Gente que se te queda mirando después de contarte un chiste. Gente que te da consejos sobre tus problemas aún sin conocerlos. Gente que te dice "yo te lo resuelvo." O peor, gente que te dice "¿alguna vez te fallé?" Gente que te avisa antes de que pises mierda y después te lo recuerda como si hubiera evitado que mueras por pisar una mina antipersonal. Gente que te presenta gente. Gente que le dice a otra gente que sos soltero o soltera y que harían una pareja buenísima. Gente que pide pizza de morrones y cebolla con dulce de leche y te dice "a vos seguro que te gusta porque comés cosas raras, como sushi", gente que no es capaz de darte nada que vos necesites, pero que siempre te está dando más. 

Para esa gente, yo pido la pena de muerte. 

jueves, 26 de febrero de 2009

Pa Sado.

Un amigo mío, director de cine, acaba de estrenar una obra teatral de su autoría. Se llama "Los quiero a todos" y se trata de una cena en la que unos amigos de 35 años se juntan después de mucho tiempo a contarse qué fue de sus vidas. Casualmente, a través de Facebook (y digo casualmente porque mi amigo es declaradamente anti-Facebook), esto es algo que está sucediendo con mucha frecuencia. Grupos de gente que en algún momento fueron amigos y compartieron vivencias y experiencias, retoman el contacto y organizan fraternales encuentros. Hay un afán revisionista que impulsa a la gente a contradecir el curso de su propia existencia, que por alguna sabia o casual razón hizo que se alejara de algunas personas para ir conociendo a otras. A veces por curiosidad, otras por ver "qué fue de la vida de fulano", quién sabe por qué, más y más gente se vuelca a esta especie de antropología morbosa y virtual. Como si hubiera alguna remota posibilidad de reestablecer un vínculo que simplemente se cortó y hoy no tiene ingerencia en nuestras vidas. Como si haber sido amigo en algún momento significara, indefectiblemente, ser amigos para siempre. 
De chico, cuando veía al personaje de Clint Eastwood en los westerns de Sergio Leone, alejándose en su caballo hasta perderse detrás de las montañas, me invadía una sensación de angustia. Pensaba que iba a estar solo, que debería quedarse en el pueblo o en todo caso, marchar junto a sus compañeros de aventuras. Hoy creo que hacía lo correcto. Hay una enorme sabiduría en entender que existen ciclos que se cumplen, personas que pasan, amistades que terminan, ideas que cambian, lugares que dejan de tener significado, fotos que nada más son fotos. Que por algo vamos cambiando de círculo, de marco de referencia, de grupo de pertenencia. La enorme mayoría de las veces, por causas ajenas a nuestra voluntad. Simplemente por el curso de la vida, que como decía el maestro Vinicius de Moraes, siempre tiene razón. 

"Los quiero a todos", impecable título para una ficción.

domingo, 22 de febrero de 2009

Fotos de guerra.

La segunda guerra mundial fue, como todas las guerras, un horror y una tragedia para la humanidad. Pero también fue el hecho más trascendente del siglo 20. Porque definió al mundo tal cual lo conocemos hoy, con los "buenos" de un lado y los "malos" del otro. Obviamente, los buenos son los que ganaron: Inglaterra, Estados Unidos, el capitalismo occidental y sus intereses económicos en medio oriente. Los malos, los regímenes personalistas y totalitarios de Alemania, Italia y Japón. El "eje del mal." Hitler, Mussolini y el emperador Hirohito. En fin. Pasados Pearl Harbor, Guadalcanal, la invasión de Sicilia, el Día D, Auschwitz y la bomba de Hiroshima, quedaron las historias de las personas. De quienes luego de luchar, ganar o perder, sufrir y aguantar, un buen día volvieron de la trinchera a su vida cotidiana. De los cientos de miles que existen, yo conozco una. La de un japonés que, siguiendo las órdenes de Hirohito, participó de la construcción del ferrocarril que uniría Tailandia con Birmania (aquel famoso de la película "El puente sobre el río Kwai) y luchó en el Pacífico. Estuvo 4 años en servicio activo, hasta que el emperador se rindió y la guerra terminó. Huyendo de un país devastado por dos bombas atómicas, emigró a la Argentina. Formó una familia, empezó en otro lado. Pasaron los años, la vida le fue fabricando recuerdos nuevos que alejaran los anteriores lo más posible. Hoy, es hincha de Boca, le gusta el tango y es el abuelo de mi gran amigo Quique. 

Yo nací en el país en el que reinventó su vida. Y vivo en el país que le tiró la bomba. 

viernes, 20 de febrero de 2009

10 verdades Juanísticas.

1) Se puede tomar champagne con cualquier comida.

2) El mar es imprescindible.

3) Hay que tener el album "Songs for swingin' lovers" de Frank Sinatra. Sí o sí. 

4) Un penal no se puede errar. Si está bien pateado es gol siempre.

5) Hay que irse de las fiestas cuando están en lo mejor. 

6) Afeitarse en la barbería es una de las mejores cosas que le pasan a un hombre en su vida.

7) La mano se da fuerte y mirando a los ojos. 

8) Comer solo es extraordinario. Comer de a dos es agradable. Comer de a tres es una tortura.

9) Nunca se termina de aprender.

10) Lo tuyo es tuyo o no es de nadie. 

jueves, 19 de febrero de 2009

Pensando.

Hay un programa de televisión en BBC llamado "Dragon's Den" en el que gente común le presenta sus ideas de negocios a 5 millonarios, con la ilusión de conseguir el financiamiento necesario para ponerlas en marcha. Muy pocas veces lo consiguen, y no porque las ideas no estén buenas o porque no resulten atractivas. La mayoría no consigue sostener sus propuestas desde la lógica o la emoción, al ser interrogados ferozmente por los millonarios. Inevitablemente, la despiadada metralla inquisitoria de quienes deberán poner su dinero para hacer realidad la idea, termina prevaleciendo por encima de los argumentos de los aspirantes a empresarios. 
Como pasa con todo lo que sometemos a análisis descarnados, casi nunca sucede. Todo tiene un costado desalentador, apocalíptico e inequívocamente falible. Todo puede fallar. ¿Será que la diferencia la hace el criterio propio? ¿O las ganas de demostrar que el otro está equivocado? Como cuando vamos a la playa aunque anuncien lluvia, como cuando Colón cruzó el Atlántico, como cuando los hinchas de Independiente nos sentamos a ver un partido. ¿Cuánto de lo que hacés resiste un análisis? ¿Cuánto de lo que más feliz te hace en la vida tiene sentido? 

Por las dudas no le preguntes a nadie. 

sábado, 14 de febrero de 2009

Celebraciones.

Halloween. Thanksgiving. Super Bowl. Valentine's. St. Patrick's. 

Platos de cartón. Vasos de plástico rojos por fuera, blancos por dentro. Vino barato. Cerveza interminable. Papas fritas de bolsa. Brócoli crudo y zanahorias mini sumergidas en una crema agria. Tarjetas de felicitación con ositos y atardeceres. Envases descartables. Chocolate rancio. Crema en aerosol. Ropa de polyester. 

Son las fiestas del mundo libre. Libre de buen gusto. 

lunes, 9 de febrero de 2009

La verdad. Bah, qué se yo.

Bill Bernbach, el inventor de la publicidad moderna dijo "la verdad no es verdad hasta que la gente se la cree." David Ratto, el más grande publicitario argentino de todos los tiempos dijo "existen 3 verdades: tu verdad, mi verdad y la verdad." No, no. No estoy haciendo un decálogo de frases célebres (y menos de dos directores de arte). Simplemente las menciono porque creo que explican lo inefable, difusa y cambiante que es la verdad. Y lo inútil que resulta como elemento de juicio o medida de las cosas. Imaginen esta situación: diez inmundos pájaros de cerámica, en una tienda de descuento. Todos cuestan U$ 3, salvo uno de ellos que sin ninguna razón aparente, cuesta 3,50. Resulta absurdamente caro. Ahora, imaginen que son gringos, que van a un país de latinoamérica donde el dueño de un sushi bar los invita a cenar. Conversación agradable, sintonía intelectual. En eso, divisan al pájaro en cuestión dentro del restaurant. El dueño les cuenta que fue traído de Okinawa después de la segunda guerra mundial y que es una de las más preciadas posesiones de la familia de su socio japonés. Inmediatamente deciden comprarlo. El dueño del restaurant pide apenas U$ 400. ¿No es un regalo? Entonces, ¿cuál es el verdadero valor del pájaro? ¿3 dólares y un inexplicable mal gusto?, ¿3,50 y nueve pruebas de que uno es un imbécil? ¿O U$ 400 y una historia? ¿Acaso la verdad vale más que la leyenda? Y al final del día y como decía Mark Twain (dale con las frases): "Es obvio que la verdad es más extraña que la ficción. La ficción tiene que tener sentido."

No me crean nada. Es todo verdad.

Slumdog algo.

Realmente no puedo entender cómo Slumdog Millionaire está nominada a 10 premios Oscar. Previsible hasta el escándalo, inconsistente (empieza con la idea de que el indio sabe las respuestas por cosas que le pasaron, después se diluye), dirigida sin ganas y sobre todo, pésimamente actuada. Entiendo que la euforia Obamística, que ha arrastrado a los americanos a una especie de mea culpa que les hace tener vergüenza hasta de John Wayne contribuya a inflar bodrios como este. También entiendo que acaso por eso no se haya nominado en ninguna categoría a Gran Torino. Pero de ahí a que este esquicio sea candidata a 10 Oscars, me parece que se les va la mano. Y ya voy preparándome para ver al orejón del protagonista o a la insípida de su novia en alguna bosta hollywoodense estilo "My big fat indian wedding", "Meet the Shawarmas" o "Las locas aventuras en el callcenter."

Cidade de Deus es mil veces mejor. Y no ganó ninguno.

viernes, 6 de febrero de 2009

Sake bomb.

Un par de veces fui a un restaurant de sushi que se llama Koume, cerca de Miami. Es de una familia originaria de Tokio. Muy simpáticos y hacendosos. El sushiman, bastante histriónico, suele ofrecer a los clientes un trago al que llama "sake-bomb." Primero sirve una cerveza, después un shot de sake. Coloca dos palitos encima de la cerveza y apoya ahí el sake. Entonces empieza a darle puñetazos a la mesa al grito de "sake-bomb, sake-bomb", hasta que el shot cae dentro de la cerveza. Ahí se lo toma todo de un solo tiro. Lo hace varias veces por noche. Después, al final del servicio, se come una orquídea junto a los que hayan hecho el "sake-bomb" con él. A pesar de lo íntimo y minimalista de la atmósfera, de lo delicado y sutil del menú, su intempestiva intervención, acaso más atinada para una taberna o un barco de vikingos, es absolutamente adecuada, impecable y armónica. Juega con los límites, plantea un escenario con su comida, con su aspecto, con la música, con los aromas, con el entorno. Y después lo rompe.

Eso es un artista. 

El mar que me crió.

De chico viví en Mar del Plata. Ahí hice mis amigos de toda la vida, ahí aprendí casi todo lo que sé. Pero sobre todas las cosas, ahí está el mar que yo considero propio. No es azul, no es cálido, no es sonriente. Es así.

Mar de espuma que siempre tiene que irse.
Mar de manos cansadas y sinceras.
Mar de peces trabajadores.
Mar de fotos en blanco y negro, de besos colgados del tiempo, mar que no pregunta pero sabe.
Mar robado de un mapa de marineros tristes, mar de olas que rompen detrás de la memoria.
Mar que vive en mis ojos, para mostrarme el horizonte mire donde mire.

Las mejores 5

"Ladri di biciclete", de Vittorio de Sica.

"Raging bull", de Martin Scorsese.

"Sichinin no samurai", de Akira Kurosawa.

"The Godfather", de Francis Ford Coppola.

"On the waterfront", de Elia Kazan.


Mis 5 películas favoritas. 

ID

A fines del siglo 19 y principios del 20, llegó una enorme oleada de inmigrantes a Buenos Aires. La mayoría eran italianos del sur, (casi todos de Napoli, Calabria o Sicilia) y españoles de Galicia. Por eso en Argentina a todos los italianos se les dice "tano" (por napolitano) y a los españoles "gallego" o "gaita." Todos los argentinos somos nietos naturales. Nuestra identidad empieza en el puerto. Y ahí vamos por el mundo, sin que nadie entienda nuestro andar compadrito, nuestra suficiencia, nuestro escepticismo, nuestro humor cruel. Sin que nadie entienda cómo si somos tan vivos y tan talentosos, Argentina se cae a pedazos.

Salimos de la bodega de un barco. Es lo que hay. 

1970's

La izquierda latinoamericana me aburre. Es el mismo modelo, repetido y versionado en todos los países: jóvenes universitarios de buena familia que pasan a la clandestinidad, forman grupos armados subversivos a los que les ponen nombres con siglas y se dedican a tirar bombas representando al "pueblo." Después se hacen millonarios pactando con las corporaciones y los gobiernos de turno, envían sus fortunas a Liechtenstein y escriben libros, en cuyas solapas ponen una foto de ellos fumando pipa. También dan conferencias (pagas, por supuesto), generalmente en Francia. 

Flaco favor le han hecho al "pueblo" latinoamericano, alejándolo de toda posibilidad de progreso o proyección social al enemistarse con el capitalismo. La única arma de un trabajador es tener trabajo. Su trabajo tiene que hacerle ganar dinero a su jefe. Y si a su jefe lo joden, él se queda sin trabajo. 

Ninguno de estos "izquierdistas" vive en Cuba. 

jueves, 5 de febrero de 2009

De otra época.

Hace unos meses falleció Paul Newman, uno de mis grandes ídolos. Sabiendo que se moría, pidió que lo lleven a su casa para irse en paz, junto a su familia y su mujer de siempre, Joanne Woodward. 

Un par de semanas atrás fui al cine a ver Gran Torino, magistralmente dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, que a punto de cumplir 79 años, con la voz quebrada y la mirada cansada, sigue siendo el mismo. Y él mismo. 

Tony Bennett, a sus 82, lejos de quedarse vegetando en su New York natal, anda de gira con su banda por todo Estados Unidos, además de pintar incansablemente en su atelier. 

Son ejemplos de hombre de otra época. Aquella en la que no existían las excusas. 

Desarraigo.

Se hacen investigaciones, la antropología se ocupa del asunto. El fenómeno de la inmigración, seres humanos que dejan su lugar de origen buscando un futuro mejor. La dualidad eterna entre lo que es de uno, aunque sea malo y nos haga daño, y lo que no es nuestro, pero nos brinda mejores perspectivas. Vivo en el extranjero hace 6 años y creo que la mejor definición sobre el tema la dio el gran maestro Antonio Carlos Jobim, cuando al consultársele si prefería vivir en New York, donde estaba trabajando en ese momento, o en su Rio de Janeiro natal, respondió: "New York es maravilloso, pero es una mierda; Río es una mierda, pero es maravilloso."

Amén. 




Los 8 Lagos.

Primero nací yo.

Después Pedro, que es noble, generoso y nos cuida a todos.
Mer, que adora a mi viejo, es muy valiente y es la mamá de León.
Clara, que es una artista y trabaja como una bestia. 
Maque, que tiene la garra de la abuela y además todo el talento del universo. 
Inés, que está en el cielo.
Agus, que se hizo hombre siendo muy pibe y además es mi ahijado. 
Juli, que tiene un corazón gigante y toca el piano mejor que nadie.

Mis hermanos. Doy la vida por ellos. 

Curso rápido de cocina.

Hay que tener una olla, una sartén, una plancha, una bandeja de horno, cuchillos siempre afilados y muchos repasadores. Y aprender las cinco técnicas básicas de cocción: salteado, que es con poco aceite y por poco tiempo, horneado, que es lo que menos ensucia, grillado, que es como a la parrilla y llena todo de humo y olor, hervido que es para hacer pastas o comida de enfermo y frito que es con mucho aceite y altos riesgos de quemaduras y ataques de hígado.

Y listo. Es fácil. 

Ningún plan perfecto es mejor que una buena idea.

Soy creativo publicitario desde 1991. Redactor. Empecé porque me gustaba escribir pero no quería ser escritor y vivir en un altillo comiendo fiambre y fumando cigarrillos negros. Y además me gusta que me paguen por escribir, cosa que a la mayoría de los escritores nunca les sucede. Tuve una linda carrera, trabajé con gente muy interesante, hice muchos amigos y viajé bastante. Pero aprendí a arreglármelas solito para crear un anuncio. Me enseñaron a creer en mi instinto y en mis ideas. Y a usar el sentido común. Hoy, las cosas han cambiado, a mi entender para mal. La publicidad casi no tiene atractivo. Todo tiene que tener una explicación, todo tiene que entrar en un PowerPoint, todo tiene que ser predecible, mensurable, comprobable y científicamente calculado. Todo tiene que ser avalado por focus groups. Por eso todos los anuncios son iguales, por eso todas las marcas dicen lo mismo. Cada vez me falta menos para dejar la publicidad. Porque lo que yo sé hacer, lo que aprendí y lo que me gusta, es tener ideas. Pero hoy, la publicidad ya no se trata de eso.

Es el reino de los planners. Cuando yo empecé no existían. 



Obviamente no es mío.

What can I hold you with?
I offer you lean streets, desperate sunsets, the moon of the jagged suburbs.
I offer you the bitterness of a man who has looked long and long at the lonely moon. 
I offer you my ancestors, my dead men, the ghosts that living men have honoured in marble: my father's father killed in the frontier of Buenos Aires, two bullets through his lungs, bearded and dead, wrapped by his soldiers in the hide of a cow; my mother's grandfather -- just twentyfour-- heading a charge of three hundred men in Perú, now ghosts on vanished horses. 
I offer you whatever insights my books may hold, whatever manliness or humour my life.
I offer you the loyalty of a man who has never been loyal.
I offer you that kernel of myself that I have saved somehow -- the central heart that deals not in words, traffics not with dreams and is untouched by time, by joy, by adversities.
I offer you the memory of a yellow rose seen at sunset, years before you were born,
I offer you explanations of yourself, theories about yourself, authentic and surprising news of yourself.
I can give you my loneliness, my darkness, the hunger of my heart; I am trying to bribe you with uncertainty, with danger, with defeat.

Jorge Luis Borges
1934