Tuve la suerte de ser dupla(*) de Mauricio Candela durante casi
siete años en Zubi Advertising. Todavía recuerdo un lejano día de febrero de 2003 en el que recién
llegado a Miami, me pusieron a trabajar con un director de arte que venía a la
agencia en moto, calzado con chancletas y con mechones azules en el pelo. “Soy
Candela, ¿qué más?”, me saludó.
Nada
podía hacerme imaginar que estaba conociendo a un hermano.
Alguien
con quien compartí miles de horas pensando ideas, viajando, trabajando,
creciendo, puteando, tomando algunos whiskies (pocos) y sobre todo, como dice
él “pasando bueno.” Es el mejor director de arte que conocí en toda mi carrera,
entre otras cosas porque fue capaz de ser mi dupla y no morir en el intento.
Nunca fui mejor redactor que cuando trabajé con él. Mauro (como le digo desde
que lo conozco, no sé bien por qué) tiene la gran virtud de saber escuchar, de
dejar hacer, de esforzarse para que la luz nos pegue a todos y no a uno solo.
Resume todo en imágenes, yo todo lo traduzco en palabras, por eso siempre nos
llevamos bien trabajando. Cada idea que teníamos era un aviso listo. Siempre
rematada con un “bueno, esa está, démosle a ver si sale otra”, o con un “listo
gordo, sigamos mañana.”
Aprendimos
mucho juntos, él me abrió su corazón paisa y un poco queriendo y otro poco sin
querer me enseñó muchas cosas sobre Colombia y sobre todo sobre su querida Antioquia,
la bandeja paisa, el guaro, la trova. Yo, argento sin remedio, le mostré las
bondades del asado de tira, dos o tres historias tangueras y alguna que otra
frase del Bambino Veira. ¡Claramente salí ganando!
Hoy
Mauro cierra su ciclo como director de arte y emprende un camino nuevo como
fotógrafo. Como siempre decíamos “hagámoslo fácil”, voy a hacerla bien fácil:
Mauro, te deseo lo mejor (total, que te vaya mal es imposible). Y como yo
todavía trabajo de hacer avisos, nobleza obliga, quiero anunciarle a todo aquel
que lea esto, que tiene a disposición a un tipo talentosísimo, trabajador como
pocos, exigente, medio cabrón, divertido, leal y buena gente.
Se
llama Mauricio Candela. Es fotógrafo. Fue mi dupla.
Es mi
hermano
(*) Así se denomina en publicidad al equipo formado por el director de arte y el redactor.