miércoles, 30 de marzo de 2011

Burros.

En los últimos días vi algunos partidos del campeonato de fútbol argentino de primera división. Quedé asqueado (obviamente, sin mencionar el nombre que ostenta el torneo). Para empezar, el aspecto de los futbolistas es deplorable. Tatuajes de pésimo gusto, cortes de pelo bastante bufarras, botines de colores flúo. Pero eso no es lo peor, lo peor es la total y absoluta ineptitud que exhiben para jugar a la pelota. Hacerle un pase a un compañero, que es el axioma principal de este deporte, resulta para los players argentinos una hazaña de imposible factura. Toman tanta falopa que el cerebro se les desconectó del cuerpo. Son zombies acelerados químicamente. Revolean la bocha sin asco, saltan y chocan en el aire, no piensan ni por un segundo. Se juega a forzar el error del adversario y, sobre todo, a botonear y a reclamar airadamente sanciones para los jugadores contrarios, en una actitud de vigilante que hubiera sido inadmisible en otros tiempos. ¿Alguno de ustedes puede imaginarse al Pato Pastoriza, al Coco Basile, al Bambino Veira, a Pipo Rossi o a Rattín correteando al árbitro revoloteando una mano, pidiendo una amonestación para el rival? Nah. Otro capítulo es para los directores técnicos: ninguno sabe UN CARAJO de fútbol. Nada. Habrán sido buenos o regulares futbolistas en su momento, pero como técnicos no sirve ninguno. Los mejores están afuera: Mourinho, Van Gaal, Del Bosque, Scolari, Guardiola, cada uno con su estilo, son tipos que SABEN dirigir un equipo. Los grasas impresentables que tenemos nosotros no pueden dirigir nada. Se ponen jean con saco, dan conferencias de prensa para explicar por qué pierden, son una mierda. Y el peor de todos es el pelotudo que dirige al seleccionado. En la puta vida dirigió nada, nunca ganó nada, no tiene carrera como técnico y lo único que hizo como jugador fue ganar el mundial que ganó Diego SOLITO en 1986. Si yo fuera el presidente de la AFA, tomaría las siguientes medidas:

A) Nombraría DT del seleccionado a un extranjero
B) Sancionaría con expulsión a todos los pajeros que va a pedirle al referí que amoneste a los rivales.
C) Prohibiría los peinaditos gays como el de Patricio Rodriguez o Yacob. Pelo largo, rapado o pelado.
D) Al tipo que no es capaz de darle un pase al rival lo mando a practicar 100 rebotes contra una pared con una pelota Pulpo.
E) Al equipo que meta 3 pases seguidos, lo convoco entero a la selección.

viernes, 11 de marzo de 2011

El tren se va, el tren se va, saquen los boleeeetos.

Hace muchos años los ingleses construyeron la red de ferrocarriles argentinos. A modo de imperturbable símbolo, permanecen al final del recorrido del ex-Ferrocarril Mitre, en la Estación Retiro, los topes hidráulicos que dicen “Made in Liverpool” y datan de la década de 1890. Después, a lo largo de nuestra infausta historia, la sociedad argentina contribuyó a la obra de los ingleses con nacionalizaciones, privatizaciones, estatizaciones, gremios, sindicatos, paros, vandalismo, robos, violencia, demoras, atraso, abandono, miedo, apretujamiento, choques, vaciamiento y anacronismo. Nada de eso queda, ni trasciende, ni mejora lo anterior. Los topes hechos en Liverpool sí. Los topes hechos en Liverpool son lo único de los trenes que sigue, que funciona, que no falla, que no es moneda de cambio de un gobierno. Los topes hechos en Liverpool son la demoledora evidencia de lo etéreo de la diatriba argentinoide que infla el pecho a voz en cuello a la sombra de fotos viejas. Son el contrapeso de la liturgia triste y desesperante de la constante celebración del fracaso. Las cosas tienen un sentido y un propósito, los ingleses hicieron los trenes para acercar al puerto la riqueza del país y para facilitar la distribución de los inmigrantes. En un dinámico movimiento de ida y vuelta, por una vía entraba la mano de obra que producía y por la otra salía el producto que generaba riqueza. Así pensó siempre Inglaterra, por eso los países que colonizó hoy funcionan y son sociedades pujantes y educadas. Estados Unidos, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda. Así pensaron la Argentina los ingleses. Lamentablemente los echamos.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Algunas cosas que no soporto.

-Las personas que succionan sus infusiones en lugar de sorberlas. Y que al hacerlo elevan levemente los hombros y bajan el mentón. Si inmediatamente después acurrucan la taza caliente con las dos manos, directamente me dan ganas de vomitar.

-Cuando alguien marca mucho la "p" al hablar y convierte cada palabra con "p" en la amenaza latente de un sutil escupitajo.

-Mis compatriotas que adoran al Che Guevara y a Fidel y cuando vienen a Miami no les dan las manos para consumir.

-Las reuniones de trabajo con más de 3 personas.