domingo, 16 de agosto de 2009

El amigo durmiente.

Aparentemente, hay mujeres capaces de compartir la cama con un amigo con el único objetivo de dormir. De camping, en algún viaje en grupo, en un fin de semana, en distintas circunstancias en las que la necesidad de pernoctar las encuentre lejos de casa y en compañía de algún hombre conocido pero (en teoría) no deseado. La semana pasada tuve esta conversación con algunas chicas conocidas. Todas jóvenes, bonitas y sexualmente activas. Algunas de ellas casadas, otras no. No solamente no les resulta raro o incómodo dormir con un amigo, sino que además lo han hecho varias veces, inclusive con hombres que son amigos de sus parejas. 
Claro, después caí en cuenta. Es el prototipo masculino que ellas conocen. La generación de hombres que hoy ronda entre los 25 y los 30, que puede definirse como simplemente lamentable. Dominados por las mujeres, poco ambiciosos, coleccionistas de zapatitos cool, preocupados por las ballenas, por parecerse a David Beckham y por no incomodar. Campeones de la sensibilidad responsable y el diálogo constructivo. Manga de putos. Eso es lo que son. Una manga de putos miedosos de que la amiguita con la que están alzados desde siempre les corte el rostro si le tiran un cogotazo. En todos los órdenes de la vida, lo que marca la diferencia entre los hombres y los muchachitos, es la capacidad para bancarse las consecuencias de sus actos. Un mariquita de estos no podría administrar ninguno de los posibles desenlaces: ni el rechazo que lo certificara como un desubicado ni la aceptación que lo forzara a portarse como un macho.

A ver nena, prestá atención. Esta es la realidad:

1) Si un hombre se acuesta con vos es porque le gustás y quiere tener sexo.

2) Si es amigo de tu novio o esposo y se acuesta con vos, es un traidor y una basura. Tanto él como vos se merecen el uno al otro. 

3) Si es casado o tiene novia, es completamente irrelevante: en ese momento quiere estar con vos y si se enamora va a dejar a su mujer.

4) Si vos sos casada o tenés novio y él no lo conoce, le importa un carajo.

5)  La verdad, verdad, verdad. A vos te ENCANTA. Y te acostás con él esperando que intente algo. Y si no intenta nada te sentís fea, gorda y fracasada. Pero te consuela saber que tenés un amigo. 

Un amigo durmiente.




2 comentarios:

  1. hay una publicidad de sprite que muestra algo de lo que decís: "las cosas como son", creo, con la voz de Jorge Lanata; mirála! está lindo el blog, a veces lo miro desde "clarísimos días", hasta luego! pasis

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  2. Pensandolo... para dormir placidamente al lado de un amigo mepa que de verdad tiene que ser un amigo-hermano... O estar extremadamente cansada.. Ademas corres el riesgo de sufrir un shock compartiendo "intimidades" obligadamente.. como delimitar hasta donde cada uno babea la almohada.. hmmm!

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