sábado, 28 de marzo de 2009

La fábula de la mujer argentina.

Se oye en reuniones, frecuentemente en presencia de extranjeros, en enumeraciones que incluyen el bife de chorizo, el glaciar Perito Moreno y el dulce de leche: la mujer argentina es la más linda del mundo. Viviendo en el extranjero uno aprende a relativizar las verdades de arrebato, los dogmas del corazón. Algunas, argumentando con la fría equidad de la razón, pueden sostenerse: la carne, algunos vinos. Acaso algún escritor. Pero la mujer argentina está lejos de ser la más linda del mundo. Inexplicable necesidad de ocultar su femineidad en aras de una discutible fortaleza. Absurda obsesión por afearse, con prendas supuestamente "cool" que se asemejan a la ropa desangelada que usan las internas de un patronato. Rictus agrio, cigarrillo sempiterno, patoterismo de género. Las veo siempre que regreso a Buenos Aires, cada vez más descreídas. Cada vez más tristes. 

Ay chicas. 

miércoles, 25 de marzo de 2009

Gardel, un sastre y yo.

En algún momento de mi vida me vistió un sastre que pudo apreciar en persona la inigualable pinta del Morocho del Abasto. Don Álvarez se llamaba, todo en él era raro. Gordo, como de 80 años, desgreñado, solitario y apocalíptico. Atendía en su casa, la planta baja de un edificio de 3 pisos, a través de una ventana enrejada con la persiana apenas abierta. De encendidas ideas comunistas, solía revisitar con el adorno inexorable del recuerdo, algunos pasajes de su juventud. Siempre tuve facilidad para hablar con los viejos, me gusta ayudarlos a drenar su corazón de epopeyas que no fueron, amores que mancaron y goles anulados injustamente. Esta habilidad se basa en pisar con cierta inesperada autoridad en el territorio del otro, en el caso de Don Álvarez fue preguntarle, al oir que sonaba en su radio, si prefería a Gardel con acompañamiento de guitarras o de orquesta. 

"Yo conocí a Gardel en Olavarría. Fue cuando lo apoyaba a Yrigoyen, sería el ´27. Yo tenía 8 años. Había un cantor de tangos muy famoso en Olavarría, que era el novio de un caudillo radical, se veían en una casa de citas. El caudillo tenía un trato con la madama, le dejaba libre la zona a cambio de que ella lo dejara verse con su novio cantor. Se daban cada biaba con champagne. Además en esa época la cocaína se compraba en la farmacia nene, le decían ¨cocó¨. Yo sabía todo lo que pasaba en la casa de citas porque lustraba zapatos en la plaza y veía todos los movimientos. Cada vez que Gardel venía a Olavarría lo esperaba el caudillo este con su cantorcito protegido. Yo creo que Gardel era homosexual querido, qué querés que te diga. Pero bueno, una vez llegó de gira a cantar en un teatro y yo me puse con el cajón de lustrar en la puerta. Cuando termina la función, sale Gardel y me dice ¨nene, llevame a lo de la madama.¨ Yo no entendía nada. ¨Vamos muchachos¨ dijo y lo siguieron Barbieri, Pettorossi, Vivas y Riverol: sus cuatro guitarristas. Cuando llegamos, Gardel me dijo ¨nene, tomá, te pago 10 lustradas. Necesito que vayás a la estación y me avisés cuando esté por salir el tren.¨ ¿Sabés lo que había pasado? El caudillo y el cantorcito se habían pasado de rosca y no llegaron al concierto, pero Gardel, como fiel amigo, fue a cantarles igual. Cuando ví que estaba por salir el tren, volví a la casa de la madama a avisar. Pero solamente salieron los guitarristas. Gardel ya se había ido. Pero te digo algo querido, esa noche que lo vi, con esa elegancia y ese porte, decidí que de grande iba a ser sastre."

Y puto.

sábado, 21 de marzo de 2009

El gerundio de los corazones tristes.

"Estoy volando esta noche", "estamos llegando el domingo", "tengo lugar en el vuelo 1834 que está saliendo a las 5.45, aterrizando a las 8.20", "compramos un paquete buenísimo, hacemos (?) Roma, París y Londres, pero llegando a Madrid." 

Hay un absurdo mecanismo, algo arrogante y pueril acaso, que nos convierte en permamentes vividores de un viaje. No pasa con ninguna otra faceta de la vida. Nadie dice, "mañana me estoy levantando a las 8, cagando 8.15 y trabajando a las 9" o "te estoy queriendo la semana que viene" o "me estoy alegrando el martes." Tal vez sea porque uno siempre quiere viajar, porque los preparativos o la ansiedad forman parte del viaje. O tal vez sea porque vivimos vidas muy tristes y rutinarias. Tal vez sea porque casi siempre hacemos lo que podemos y no lo que queremos, entonces al primer atisbo de quiebre, a la primer gambeta que le hacemos a la huella, nos tiramos de cabeza a intentar eternizar en un presente perfecto y perpetuo el pedacito de libertad, de hoja en blanco y de atmósfera neutra que nos promete un viaje. 

Yo no estoy escribiendo esto. Ya lo escribí.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Brillo.

Duke Ellington es el músico más importante e influyente en la historia del jazz. En su orquesta tenía a Cootie Williams, Sam Nanton, Juan Tizol y Billy Strayhorn, columna vertebral de su demoledor e inconfundible sonido. 

Martin Scorsese es el mejor director de cine del mundo. En su equipo tiene a Thelma Schoonmaker, que editó casi todas sus películas. Y a Paul Schrader, que escribió los guiones de, entre otras, "Taxi Driver" y "Raging Bull". 

Ronald Reagan reactivó la economía norteamericana en los años 80 a través de una política económica conocida como "Reaganomics", que fue en gran medida diseñada por su Secretario del Tesoro, Donald Thomas Regan.

Paul Bocuse es el chef más respetado de Francia en los últimos 50 años. Es el padre de la nouvelle cuisine, la tendencia que revitalizó y modernizó la cocina francesa. En su bistró de Lyon están con él, desde siempre, su sous chef Christophe Muller y su fiel maitre d'hotel, Francois Pipala.

El secreto para ser el mejor: rodearse de gente talentosa y pararse siempre donde da la luz. 

martes, 17 de marzo de 2009

La teoría del champagne.

Todos vivimos una copa de champagne por debajo de nuestro calibre ideal. 

viernes, 13 de marzo de 2009

Lealtad.

Diego no admite medias tintas. Como cuando jugaba y se paseaba por la concentración con la 10 puesta en todo momento, como cuando dejaba pedazos de vida en los mundiales, como cuando llevaba la cinta de capitán y le inflaba el pecho de coraje a sus compañeros con su sola presencia. No es raro que se encuentre con dificultades con jugadores, dirigentes y periodistas. No es raro que haya hinchas que cuestionen su andar. Es más fácil ser gris, porque siendo gris podés ser un poquito blanco sin traicionar al negro y un poquito negro sin traicionar al blanco. En un mundo cada vez más metrosexual y pasatista, cada vez más ambiguo, en un mundo donde el pan a veces es vino y el vino a veces es pan, Diego exige la más básica y fundamental virtud humana, la que realmente nos distingue de los animales (especialmente de las víboras): la lealtad. No se negocia, no es más o menos, no es con remilgos. Sos leal o no. Hay quienes lo acusan de desequilibrado, de inmaduro, de bruto. Son los que nunca le dan un piñazo a la mesa, los que nunca se plantan en una verdad, los que nunca arriesgan. Los que únicamente pueden ser leales a su condición de pusilánimes. Y los que, además, siempre pierden los mundiales. 

Juan100x100, 100% leal al Diez. 


lunes, 9 de marzo de 2009

Tránsito.

Vivo afuera hace algunos años. Solté una vida y agarré otra un poco por curiosidad, otro poco por aburrimiento. No sé, no importa. Lo que no sabía en el momento en que decidí irme, es que empezaba un camino que nunca termina. Inauguraba una patria neutra de bolsos de mano y despedidas y abrazos que nunca alcanzan. Una patria que tiene por bandera un formulario de inmigración, por escudo una tarjeta de embarque y por fiesta el día en que viajás. Algo te mueve, algo te hace sentir que tenés que seguir marchando, buscando tu destino donde no te marca el pasaporte, aprendiendo sin querer, viendo a tu propia casa como algo que siempre va a ser tuyo, pero que ya no te pertenece. Siempre estás en tránsito, sin ida ni vuelta, sin llegada ni partida, simplemente en tránsito. Más sabio, más malo, más silencioso, más duro. 

No es bueno ni malo ser inmigrante. Es inexplicable. 

viernes, 6 de marzo de 2009

Más, me das cada día más.

Desde los pre-delincuentes que limpian parabrisas en las avenidas de Latinoamérica hasta los camareros de restaurants importantes que te ofrecen pan con semillas de arándano salteadas en oliva extra virgen. Gente que llega diez minutos temprano a una cita. Gente que cuando la invitás a comer a tu casa te trae un vino sin consultarte. Gente que te pone desodorante con aroma de papaya madura en el auto después de lavártelo. Gente que se te queda mirando después de contarte un chiste. Gente que te da consejos sobre tus problemas aún sin conocerlos. Gente que te dice "yo te lo resuelvo." O peor, gente que te dice "¿alguna vez te fallé?" Gente que te avisa antes de que pises mierda y después te lo recuerda como si hubiera evitado que mueras por pisar una mina antipersonal. Gente que te presenta gente. Gente que le dice a otra gente que sos soltero o soltera y que harían una pareja buenísima. Gente que pide pizza de morrones y cebolla con dulce de leche y te dice "a vos seguro que te gusta porque comés cosas raras, como sushi", gente que no es capaz de darte nada que vos necesites, pero que siempre te está dando más. 

Para esa gente, yo pido la pena de muerte.