La izquierda latinoamericana me aburre. Es el mismo modelo, repetido y versionado en todos los países: jóvenes universitarios de buena familia que pasan a la clandestinidad, forman grupos armados subversivos a los que les ponen nombres con siglas y se dedican a tirar bombas representando al "pueblo." Después se hacen millonarios pactando con las corporaciones y los gobiernos de turno, envían sus fortunas a Liechtenstein y escriben libros, en cuyas solapas ponen una foto de ellos fumando pipa. También dan conferencias (pagas, por supuesto), generalmente en Francia.
Flaco favor le han hecho al "pueblo" latinoamericano, alejándolo de toda posibilidad de progreso o proyección social al enemistarse con el capitalismo. La única arma de un trabajador es tener trabajo. Su trabajo tiene que hacerle ganar dinero a su jefe. Y si a su jefe lo joden, él se queda sin trabajo.
Ninguno de estos "izquierdistas" vive en Cuba.
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