Nací en 1972. Padecí, junto a todos los argentinos, renuncias de presidentes, guerra, devaluaciones, atentados terroristas, golpes de estado, bombas a embajadas, saqueos a supermercados, delincuencia incurable, policía corrupta, desempleo y corralito. Se me hace difícil estar en un país no acostumbrado a las crisis sin poder fingir un perpetuo ataque de pánico. Creen que soy un irresponsable y un inconciente que no entiende la magnitud de esta enorme tragedia financiera global. Creen que soy un argentino canchero y agrandado que sobra la situación y que no manifiesta mucha preocupación por el actual estado de las cosas. Ya intenté explicarles que no es eso, sino una familiaridad con las crisis, que me impide calificar esta coyuntura como algo más grave que un simple desacople en el sistema crediticio. No tengo la culpa de tener curtido el lomo. Mucho menos, de no tener miedo.
Me tienen las pelotas llenas.
Jajaja
ResponderBorrartal cual... para afuera, la crisis pasa por no poder cambiar el auto. Que nos vengan a hablar a nosotros, que padecemos el ser argentinos, de que se trata una crisis!
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