Para esa gente, yo pido la pena de muerte.
viernes, 6 de marzo de 2009
Más, me das cada día más.
Desde los pre-delincuentes que limpian parabrisas en las avenidas de Latinoamérica hasta los camareros de restaurants importantes que te ofrecen pan con semillas de arándano salteadas en oliva extra virgen. Gente que llega diez minutos temprano a una cita. Gente que cuando la invitás a comer a tu casa te trae un vino sin consultarte. Gente que te pone desodorante con aroma de papaya madura en el auto después de lavártelo. Gente que se te queda mirando después de contarte un chiste. Gente que te da consejos sobre tus problemas aún sin conocerlos. Gente que te dice "yo te lo resuelvo." O peor, gente que te dice "¿alguna vez te fallé?" Gente que te avisa antes de que pises mierda y después te lo recuerda como si hubiera evitado que mueras por pisar una mina antipersonal. Gente que te presenta gente. Gente que le dice a otra gente que sos soltero o soltera y que harían una pareja buenísima. Gente que pide pizza de morrones y cebolla con dulce de leche y te dice "a vos seguro que te gusta porque comés cosas raras, como sushi", gente que no es capaz de darte nada que vos necesites, pero que siempre te está dando más.
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